lunes, 21 de noviembre de 2011

CEREMONIA DE LA MISA REZADA - OBJETOS NECESARIOS


I.  CEREMONIAS DE LA MISA REZADA

SEGUN EL RITO ROMANO en su FORMA EXTRAORDINARIA

A)  OBJETOS NECESARIOS

Para celebrar una Misa rezada según el rito romano extraordinario es necesario primero preparar una serie de objetos en el altar, en la credencia y en la sacristía:


Sobre el altar                                                                                                                                    1 – Manteles. El altar ha de hallarse cubierto por tres manteles blancos de lino que cubran toda la superficie y que, al menos el superior, cuelgue por ambos lados hasta cerca del suelo.


2 Crucifijo. En el centro del altar debe haber un crucifijo, puesto en medio de los candelabros. No basta una cruz desnuda, sino que debe tener sobre ella la imagen del Crucificado. Debe ser de tal tamaño y colocado de tal modo que tanto el sacerdote como los fieles puedan verlo fácilmente.



            La pequeña cruz que suele rematar el sagrario no puede reemplazarlo, en dicho caso ha de colocarse el crucifijo sobre el sagrario. Normalmente, sin embargo, se ha de colocar sobre la grada del altar (si la tiene) o directamente sobre el altar, pero siempre en el centro del mismo (jamás a un lado o al otro). Nada hay prescrito sobre la materia en que debe estar hecho pero normalmente el crucifijo es de metal y más raramente de madera.


            En realidad la cruz de altar se compone de tres elementos distintos (unidos normalmente por un largo tornillo puesto en el interior): la cruz propiamente dicha (con el crucificado), un tallo o vástago más o menos alto sobre el que se asienta la cruz y un basamento o pie, sobre el que reposa el conjunto.


3 Candelabros. Habitualmente ha de haber sobre el altar dos, cuatro, o seis candelabros, colocados de manera simétrica a ambos lados del crucifijo, directamente sobre el altar o sobre la grada si la hubiera.


Han de ser candelabros individuales pues no está permitido usar candelabros de brazos, p.ej. un candelabro de tres brazos a cada lado de la cruz, ni menos aún reemplazarlos por apliques fijados al retablo o al muro[1] 1.


Normalmente el candelabro de altar consta también de tres elementos: un basamento o pie que lo sostiene, un tallo o vástago más o menos alto y un cajillo donde se inserta el cirio (o a veces una punta donde se lo clava). El cajillo suele llevar en su base un platillo para recoger la cera derretida.


La altura de los candelabros debe ser proporcionada a la de la cruz de altar, en concreto: deben llegar aproximadamente a la altura de la punta de abajo de la cruz, lo que significa que han de ser tan altos como el tallo sobre el que se asienta la cruz de altar. (Generalmente, si se trata de un juego completo, el vástago de los candelabros y el de la cruz tienen la misma forma y el mismo tamaño).


4 Cirios. Sobre los candelabros han de disponerse los cirios. Los cirios que se ponen en el altar han de ser completamente de cera o de cera en su mayor parte. Se tolera el uso de tubos que imitan los cirios verdaderos y que contienen uno en su interior. El grosor y la altura de los cirios es una cuestión estética y dependerá de la altura y estilo de los candelabros.





Para la Misa rezada han de encenderse al menos dos cirios sobre el altar. Para encender los cirios se comienza por el lado de la Epístola, alumbrando primero el que se encuentra más cerca del [5] crucifijo y terminando por el más alejado. Después se procede del mismo modo en el lado del Evangelio. Para apagarlos se comienza en el lado del Evangelio, empezando por el cirio más alejado de la cruz y terminando por el más próximo. Después se hace lo mismo del lado de la Epístola.


5       Sacras. Las sacras son unos cuadros, generalmente artísticamente encuadrados, sobre los que se hallan escritas ciertas oraciones difíciles de leer en el misal. Aunque la rúbrica sólo exige la de en medio, la costumbre universal es que sean tres: una que se pone al lado del Evangelio y que contiene el inicio del Evangelio según san Juan, otra que se pone al lado de la Epístola y que contiene el salmo Lavabo inter innocentes (a veces también la bendición del agua) y la tercera, normalmente más grande, que se pone en el medio y que contiene las palabras de la consagración, el Gloria, el Credo y otras oraciones.





6 Atril. Debe haber sobre el altar un atril o un cojín para poner el misal sobre él. El atril puede ser de madera o de metal y se puede recubrir con un velo del color de los ornamentos de la Misa. El cojín puede ser siembre blanco (o rojo) aunque también puede conformarse al color de los ornamentos.





Antes de empezar la misa el atril (o el cojín) ha de estar puesto en el extremo del lado de la Epístola (a la derecha del altar según se lo mira desde la nave). Ha de estar colocado de frente a la nave de la iglesia (de modo que su límite anterior discurra paralelo al borde anterior del altar), y no un poco de lado ni oblicuo.


7 Misal. Sobre el atril o el cojín ha de colocarse el Misal, que ha de estar cerrado[2], con la primera página debajo de manera que el lomo mire hacia la parte exterior derecha del altar y la abertura hacia el centro del mismo. Es conveniente que antes de poner el misal sobre el altar se hayan señalado las páginas de la misa que se vaya a decir, utilizando las cintas que sirven para ello. El Misal puede cubrirse con una funda de tela del color de los ornamentos del día[3] [3].





8 - Otros elementos. Además de los objetos que venimos de enumerar y que constituyen el ajuar mínimo y obligatorio, puede adornarse el altar (según la solemnidad) con otros elementos como, p.ej. un antipendium o frontal de metal noble o de tela del color de los ornamentos de la misa, jarrones con flor cortada[4] o con flores artificiales, relicarios, etc.





Sobre la credencia


9 -       La credencia es una mesilla de pequeño tamaño que se coloca a la derecha del altar (según se lo mira desde la nave), es decir: al lado de la Epístola. Se la debe cubrir con un mantel blanco. Antes de empezar la misa rezada se deberán poner sobre ella los siguientes objetos:





Las vinajeras, que son dos pequeños vasos que normalmente han de ser de cristal, aunque se permite el uso de vinajeras de plata o de oro. Una vinajera debe estar llena de vino y la otra de agua. Se han de colocar sobre un platillo.


El manutergio, es un lienzo de tela de color blanco del que se sirve el sacerdote para secarse los dedos después del lavabo. Se ha de poner plegado encima de las vinajeras, pero si estas están provistas de un tapón o de una tapadera, se pone sobre el platillo de las vinajeras.


Una campanilla. Puede tratarse de una campanilla o de un carrillón (varias campanitas sujetas por un sólo mango). No pueden ser reemplazadas por un gong ni por ningún otro instrumento a no ser por la matraca que se usa en su lugar solamente desde el Jueves Santo hasta el Sábado Santo.


Un platillo de comunión. Si se ha de distribuir la comunión a los fieles el ministro acompañará al sacerdote sosteniendo dicho platillo que ha de ser de metal.


Un candelabro pequeño o palmatoria con su cirio. En España se suele poner sobre el altar un candelabro encendido desde el momento de la consagración hasta las abluciones. Si se sigue este uso, se pondrá el candelabro con la vela apagada sobre la credencia. Conviene también poner lo necesario para encenderla cuando llegue el momento.


Un copón. Si durante la Misa se hubiesen de consagrar partículas para la comunión de los fieles se pondrán estas dentro de un copón que es un vaso sagrado fabricado en oro, plata o en otro tipo de metal con tal que la copa esté dorada interiormente. El copón debe hallarse provisto de una tapadera, generalmente de forma abombada y coronada por una cruz.


Un pabellón que es un velo de seda blanca, de forma circular, con el cual debe cubrirse el copón cuando este contiene el Stmo. Sacramento.


En la sacristía – Ornamentos sagrados


En la sacristía han de prepararse los ornamentos sagrados del sacerdote, las vestiduras del acólito y el cáliz con sus accesorios.


10 -     Los ornamentos sagrados se disponen sobre una mesa conveniente, en el orden siguiente:





            La casulla. Ha de ser del color prescrito para la misa que se va a celebrar.


            La estola. Del mismo color que la casulla, se dispone sobre ella.


            El manípulo. También del color de la casulla. Se coloca sobre la estola.


            El cíngulo. Es un cordón generalmente de hilo o de seda terminado en borlas. Puede ser siempre blanco o del color de la casulla. Se coloca encima de la estola y el manípulo, con las borlas hacia la derecha.


            El alba. Es una túnica siempre de color blanco. Puede tener encajes en la parte inferior y en las bocamangas. Se coloca encima de todo lo anterior.


            El amito. Es un lienzo de tela siempre de color blanco y de forma rectangular. Lleva en sus extremidades superiores dos cintas largas que suelen ser también blancas, aunque en España algunas veces las cintas son separables del resto y se conforman al color de la casulla.


            El bonete. Sirve para que el sacerdote se cubra la cabeza cuando va y cuando viene del altar en la misa rezada. En España tiene una forma especial, con cuatro puntas rígidas, en el resto del mundo se usa la forma romana que sólo tiene tres puntas y es plegable. Para los simples sacerdotes el bonete es de color negro y puede llevar una borla o no. El bonete se coloca encima del amito.


            Es conveniente preparar en la sacristía una tablilla o cartón con las oraciones que el celebrante dirá al revestirse.


            Para el ministro o monaguillo es conveniente tener una sotana (negra o roja si se trata de un niño) y un sobrepelliz.





11 El cáliz con todos sus accesorios.  Además de lo anterior, ha de prepararse en la sacristía el cáliz con todos sus accesorios, a saber:





            El cáliz, que es un vaso sagrado destinado a recibir en él la Sangre de Cristo después de la consagración. La copa del cáliz debe ser de oro, o de plata (al menos en su interior). Si es de plata debe estar sobredorada en el interior. El tallo y el pie pueden ser de otra materia. Hacia la mitad del tallo, el cáliz debe tener un nudo.


            Purificador. Sobre el cáliz se pone el purificador, dejándolo caer sobre la boca del cáliz y haciéndolo colgar por ambos lados. El purificador es un lienzo rectangular de tela blanca que sirve para que el celebrante enjugue el cáliz.


            Cucharilla. Sobre el purificador se pone la cucharilla. El uso de la cucharilla no es de origen romano. De hecho, las rúbricas no la prevén. Sin embargo la S. C. de ritos autorizó su uso en los países donde existe. En efecto, la cucharilla es usada en los países germánicos y en España, aunque de modo diferente. En España la cucharilla suele estar sujeta a una cinta que se termina por la otra punta en una borla o en una medalla. Dicha cinta se coloca sobre el purificador, haciendo colgar la cucharilla por un lado y la medalla (o la borla) por el otro. En Alemania y en los países germánicos la cucharilla va sola, por eso se la pone dentro de la copa del cáliz, sobre el purificador que, a causa de ello, debe ser hundido en el centro, hasta el fondo de la copa.


            La patena. A continuación se pone la patena sobre la boca del cáliz. La patena es un disco hecho de oro o al menos de plata. Si es de plata ha de estar sobredorada por la parte cóncava (sobre la que se pone la hostia).


            En el centro de la patena se coloca una hostia grande. Antes de ponerla en la patena se ha de cuidar que la hostia no esté quebrada ni manchada y que no tenga los bordes resquebrajados o con fragmentos.


            Palia redonda. La hostia se cubre con la palia redonda (según la costumbre española) o con la hijuela (según el uso general). La palia es una pieza de tela blanca, de forma redonda, mientras que la hijuela es también una pieza de tela blanca pero de forma cuadrada.


            Entrambas pueden ser de dos modos diferentes: o bien son de simple tela almidonada o bien se componen de dos telas superpuestas y cosidas entre sí por el borde, como un cojín, que se rellena con un cartón lo cual las vuelve muy rígidas. En este caso, la parte superior suele adornarse con bordados, galoncillos etc. Pero la parte inferior (que es la que toca la hostia) debe siempre ser de tela blanca lisa.


            La palia redonda sirve para cubrir la hostia colocada sobre la patena hasta el ofertorio.


            La hijuela sirve para cubrir el cáliz durante la Misa, desde el ofertorio hasta la comunión. Si no se usa la hijuela para cubrir la hostia y la patena (por usarse la palia) se la pondrá dentro de los corporales.


            El velo del cáliz, es un trozo de tela de forma cuadrada y del mismo color de la casulla. Suele llevar un galón por el borde y una cruz de galón o bordada en el centro o en medio del lado que cubrirá la parte delantera del cáliz. Con dicho velo ha de cubrirse el cáliz cuando ya ha sido 8 preparado. Normalmente el velo debe cubrir el cáliz completamente por sus cuatro costados sin que quede a la vista nada de él. Pero si, como suele ocurrir, el cáliz es demasiado alto o el velo demasiado pequeño para cubrirlo por completo, se ha de poner de tal modo que al menos toda la parte delantera del cáliz quede cubierta, incluso el pie.


            Los corporales, son un lienzo cuadrado de tela blanca de aproximadamente 50 cm. de lado. Es conveniente que los corporales estén almidonados. Pueden llevar una pequeña cruz bordada sin relieve para indicar la parte anterior pero ningún otro bordado ni ornamento está permitido en su superficie. En cambio puede llevar una tira de encajes por el borde.


            Los corporales se han de plegar formando nueve cuadrados iguales. Para ello se lo pliega primero en tres partes, comenzando por el lado anterior y poniendo después el lado posterior por encima.


            Después se pliega en el otro sentido, formando tres partes iguales.


            Si la hijuela no ha sido empleada para cubrir la patena debe ponerse dentro de los corporales al plegarlos.


            La bolsa de los corporales es una especie de funda o carpeta cuadrada, hecha de tela del mismo color que la casulla, forrada y rellena por dentro con un cartón que la vuelve rígida. Suele llevar un galón en el borde y una cruz en el centro aunque nada de ello es obligatorio. Los corporales (y eventualmente la hijuela) se introducen dentro de esta bolsa.


Por último, la bolsa conteniendo los corporales se coloca horizontalmente encima del cáliz, sobre el velo del mismo. La apertura de la bolsa debe mirar a la parte de atrás.


* * * * * * * * * * * * *










[1] [1] Los candelabros de brazos y los apliques pueden usarse para la exposición solemne del Stmo. Sacramento. O para añadir una iluminación supletoria durante la Misa (p.ej. en el camarín del retablo, puestos sobre columnillas,etc). Nunca pueden, sin embargo, reemplazar los candelabros de altar.

[2]  El Misal sólo se prepara abierto sobre el altar si se trata de una misa cantada o de una misa solemne (con diácono y subdiácono).
[3]  Dichas fundas, de uso frecuente en Roma, suelen ser de seda, adornadas con galones. Son un poco más largas que el libro y en la parte inferior llevan flecos. Son fáciles de quitar y se sujetan con cintas o con botones.
[4] En cambio no se deben poner sobre el altar flores ni plantas en sus macetas. Estas pueden disponerse eventualmente en otros lugares de la iglesia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

EXELENTE EXPLICACION

Anónimo dijo...

EXELENTE EXPLICACION

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