miércoles, 28 de diciembre de 2011

ORIGEN Y FUNDAMENTO DE LA LITURGIA DE LAS HORAS.

LA LITURGIA DE LAS HORAS EN LAS IGLESIAS A TRAVÉS DE LOS SIGLOS
Una ojeada histórica es indispensable no sólo para captar las grandes líneas evolutivas que han llevado a las formas con que estamos familiarizados ahora, sino también para valorar la colocación de la LH en el cuadro de la existencia y de la misión de la iglesia.


ORIGEN Y FUNDAMENTO.
La historia de la LH, como oración específica de la iglesia, tiene su arranque decisivo en el ejemplo y el mandato de Cristo. De los evangelios se desprende que la oración jalonaba toda la vida del Salvador, hasta el punto de formar el alma de su ministerio mesiánico y de su éxodo pascual (OGLH 4). Además, está explícitamente documentado su pensamiento sobre la iglesia, comunidad de oración (OGLH 5). Es lo que recibieron plenamente los apóstoles y los primeros cristianos, que no sólo se hicieron eco de los mandatos de orar siempre, dados por el divino Maestro, sino que efectivamente perseveraron en la oración, así como en la escucha de la palabra, juntamente con la celebración eucarística y la comunión fraterna (cf OGLH 1). Es convicción profundamente enraizada en la conciencia de la iglesia que la función horaria del oficio divino se remonta fundamentalmente a la oración continua recomendada y también practicada por Jesús (OGLH 10 y const. apost. Laudis canticum, comienzo y n. 8 2) y por la comunidad apostólica. Si, además, se recuerda que Jesús, los apóstoles y la comunidad primitiva oraron también con los salmos (cf Mt 27,46; Lc 23,46; Col 3,16)3, como el pueblo hebreo al que pertenecían, se deduce que el mismo carácter sal ódico de la LH empalma, al menos en cierto sentido y hasta cierta medida, con Cristo y con los primeros cristianos.

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