miércoles, 9 de febrero de 2011

EL CANTO DEL SILENCIO

El encuentro con el Misterio viene del silencio, se realiza en el silencio y conduce al silencio. El silencio revela el Misterio sin profanarlo. No es un simple callar fisiológico, sino plenitud, densidad y profundidad de vida. El silencio es la expresividad del inefable, del estupor, de la maravilla, del éxtasis. El éxtasis es por naturaleza inefable, está más allá de una experiencia normal, pasa por alto los confines del límite humano del intelecto y se proyecta en el silencio sublime del Misterio. Dios es Misterio. También el hombre, imagen y semejanza de Dios, es misterio. El Misterio de Dios se encuentra con el Misterio del hombre en la profundidad del corazón del hombre. En esta profundidad se realiza el místico dialogo entre el Creador y su creatura. Esto ocurre a través del lenguaje inefable del silencio: Aquí la verdad de Dios se hace luz; y el verbo se transfigura en plenitud de canto.